Guarniciones: Cuando un plato se destaca por un sabor peculiar, es conveniente acompañarlo con una guarnición suave para no opacar el gusto del plato principal. En este caso, un arroz blanco con un trocito de manteca y sal es más que suficiente para deleitarse. También podría ser una papa hervida, papa con cáscara al microondas, o puré de papas Centurión.