Lavá las peras, pelalas dejandole el cabito y colocalas en una olla todas paraditas.
Distribuí el azúcar y la vainilla líquida sobre las peras, incorporá el vino y por último colocá una ramita de canela.
Colocá la olla tapada a fuego bajo. Cuando comenzás a sentir aroma a canela, probá el sabor del caramelo que se está formando y evaluá si retirás la canela en rama para evitar un sabor invasivo.
Una vez que todas las peras están cocidas y teñidas de vino, es el momento de lograr la consistencia del caramelo: continuá con fuego medio, destapá la olla para que el caramelo se reduzca y cuando tome cuerpo al punto justo que desees retirá del fuego.
Dejá reposar, enfría en heladera en recipiente cerrado.
Listo para llevar a la mesa! Recordá que es un postre que, por su aroma y sabor, perfectamente se degusta sólo, pero según la exigencia de los agasajados podés acompañar con una crema suave batida con una cucharadita de Azúcar Impalpable Centurión.
Tips para una cocina más fácil
Las peras: Elegí peras del mismo tamaño, ni verdes ni muy maduras.
La canela: Retirá la canela al momento que el sabor más te guste.
Para probar el sabor: No pruebes cuando está caliente porque es dintinto. Colocá dos cucharadas del caramelo en un platito dentro del freezer durante 2 minutos y luego verificá si es el punto que busás.
La conservación: Podés conservar en frío unos 5 días. Cuanto más tiempo de estacionadas tengas las peras, más exquisitan estarán.